THOMAS BURMEISTER
AGENCIA DPA
GINEBRA.- Aviones de combate sobrevuelan el espacio aéreo. Unos 5.000 soldados vigilan bases aéreas, calles y edificios. Los tiradores se colocan en posición. El Ejército recibe facultades policiales y asume la protección de la población. Ante la llegada de más de 2.500 líderes políticos, altos ejecutivos y científicos de todo el mundo esta semana a Davos, los expertos suizos consideraron todos los posibles riesgos de atentados.
Justamente sobre los riesgos, aunque de otro tipo, girarán los debates públicos y cerrados de esta semana en el Foro Económico Mundial, que se celebrará desde mañana y hasta el domingo en la localidad suiza de Davos. "El fortalecimiento de la capacidad de resistencia nacional a los riesgos globales es cada vez más importante", aseguró el fundador y presidente del Foro, el alemán Klaus Schwab.
Entre los primeros temas que figuran en la lista de peligros, elaborada antes del encuentro en Davos a través de una consulta entre más de 1.000 líderes políticos y económicos mundiales, sigue estando la crisis de deuda.
De todas formas, la enumeración está encabezada ahora por otro problema, sobre cuya potencial capacidad explosiva advierten cada vez más los economistas: el abismo cada vez mayor entre pobres y ricos.
La creciente desigualdad de ingresos genera, según el informe del Foro "Global Risks 2013", peligros para las sociedades y economías en todo el mundo que podrían conducir a problemas reales y desatar crisis. La consecuencia podría ser la generación de protestas sociales de dimensiones desconocidas.
En total el informe lista 50 peligros globales. Una gran cantidad de tareas para los más de 40 jefes de Estado y de gobierno que asistirán a Davos, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro británico, David Cameron, y el jefe de gobierno ruso, Dmitri Medvedev, así como su homólogo italiano, Mario Monti. Sin embargo, este año Estados Unidos y China no estarán representados por funcionarios de alto rango. A diferencia del año pasado, el presidente Barack Obama no acudirá. Schwab lo justificó aduciendo el próximo inicio del segundo periodo de gobierno de Obama y el cambio de gobierno en China.
Sí asistirán los jefes de Estado o de gobierno de Costa Rica, Guatemala, Haití y Panamá, entre otros. Por el contrario, España estará representada oficialmente sólo por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que además no participará en ninguno de los debates públicos del Foro.
Entre los principales cinco riesgos el Foro enumera la desigualdad de ingresos, el endeudamiento estatal, así como el cambio climático y el peligro asociado de escasez de agua potable en amplias partes del planeta. El quinto peligro mencionado es la explosión de costos debido al hecho de que la gente es más longeva que antes.
A esos le siguen otros escenarios negativos, como el aumento de la criminalidad informática -que podría anular el sistema bancario-, o el mal uso de las redes sociales para diseminar odio, violencia o incluso guerras.
Encuentro de la "elite"
En esta edición, el encuentro es convocado bajo el lema "Dinámica Resistente". La idea es, según explicó Schwab, que en un mundo cada vez más interconectado, el crecimiento futuro no sólo necesita dinamismo, sino a la vez una capacidad de resistencia a los riesgos globales.
La meta declarada del Foro Económico Mundial, creado por Schwab en 1971, es "mejorar la situación mundial". En el Foro, calificado por la prensa como "encuentro de la elite global en la nieve", no se espera de todas formas que se alcancen soluciones definitivas a los problemas mundiales. Los críticos consideran que el evento es un mercado anual de vanidades, en el que los famosos presentan problemas que nunca son resueltos. De todas formas, en las reuniones privadas de banqueros y políticos en Davos se elaboraron algunas reglas nuevas para las finanzas que ayudaron a superar las consecuencias de la crisis de 2008 y a evitar que se repita.
Lo que comenzó en 1971 como un simposio para ejecutivos europeos se ha convertido hace tiempo en una de las fábricas de ideas más influyentes a nivel internacional, con 500 empleados fijos y sucursales en Estados Unidos y China.
Salvo los invitados como la canciller Merkel, nadie repara en gastos en Davos. Las empresas deben pagar una cuota anual de 50.000 francos (unos 41.000 euros), los socios industriales más grandes abonan 250.000; mientras que los llamados socios estratégicos destinan medio millón de francos a la organización, equivalente a 410.000 euros o U$S 546.000. La categoría más cara, limitada a 100 integrantes, tiene incluso una lista de espera. La reunión en Davos es la actividad más conocida de la fundación WEF, pero no la única: también organiza el encuentro anual en China de los países emergentes.